Yanet Ramírez es una madre que día a día lucha para que su hijo reciba una educación digna. Su niño de ocho años tiene discapacidad visual producto de problemas en la retina, lo que afecta drásticamente su visión y provoca que vea poco y de forma borrosa.
Esto no ha sido un impedimento para que el pequeño pueda estudiar. Actualmente cursa el cuarto grado en la escuela Palma Real, ubicada en Los Girasoles. Su madre afirma que ya sabe leer y escribir, y esto la llena de esperanzas.
Ella está consciente de que no es tarea fácil, pero a la vez proyecta una gran firmeza en sus expresiones. Entiende que si el Estado le proporciona las herramientas para su formación e inserción en la sociedad, su retoño puede alcanzar todos sus sueños. A esto le suma el valor de la familia, quienes constituyen el motor principal para que la persona con discapacidad pueda ser un ente autónomo.
Al momento de inscribirlo en la escuela recuerda que lo recibieron con normalidad. “No hubo problemas porque yo le hablé a la directora para que me lo aceptara, le expliqué que él tiene esa discapacidad y ella aceptó”, asegura. Sin embargo, este medio ha recibido quejas que evidencian que en algunos centros los niños con necesidad de apoyos especiales tienen las puertas cerradas.
Al momento de inscribirlo en la escuela recuerda que lo recibieron con normalidad. “No hubo problemas porque yo le hablé a la directora para que me lo aceptara, le expliqué que él tiene esa discapacidad y ella aceptó”, asegura. Sin embargo, este medio ha recibido quejas que evidencian que en algunos centros los niños con necesidad de apoyos especiales tienen las puertas cerradas.
Acompañamiento
El aprendizaje del niño depende de un trabajo en equipo, entre el personal docente, sus padres y el órgano rector de educación. A través de un maestro itinerante, el Ministerio contribuye a darle seguimiento y respaldo al caso. Mensualmente supervisa y le suministra las evaluaciones para corroborar que esté aprendiendo “y hace una labor increíble”.
“Yo voy donde la profesora porque a él le es difícil copiar de la pizarra, entonces le digo a ella que cuando él no pueda copiar que le ayude, ella lo ayuda,
en la casa yo lo ayudo también, el profesor de aquí lo ayuda mucho. Él también me ayuda a mí porque él me dice cómo ayudar a mi niño”, testifica la madre.
Yanet aprovecha los talleres que se imparten en el Centro Nacional de Recursos Educativos para la Discapacidad Visual Olga Estrella para conocer más y poder ayudar en todo a su pequeño. Cuenta que desde que lo llevó allí le asignaron un maestro itinerante para que le dé apoyo. Su experiencia hasta ahora ha sido positiva, porque dice que todo depende de una labor en conjunto.
Inscripción en escuelas
Para que un niño con discapacidad pueda ser inscrito en una escuela regular, muchos se preguntarán si existe algún procedimiento especial, pero Cristina Amiama explica que es el mismo que siguen todos los niños.
En el caso de los que padecen imposibilidad visual, intelectual y físico-motora, los padres deben asistir en los tiempos estipulados para la inscripción en el centro de su comunidad o preferencia con los requisitos solicitados. Si existe algún inconveniente para su escolarización, entonces desde la DEE se les brinda el apoyo necesario.
“El tema de la inclusión ya va siendo un tema de derechos. Antes los niños que entraban a una escuela regular era a través del centro. Ahora ya tenemos muchos jóvenes y niños que pueden entrar a la escuela regular directamente”, explica.
La Constitución Nacional en su artículo 58 sobre protección de las personas con discapacidad, establece que: “El Estado promoverá, protegerá y asegurará el goce de todos los derechos humanos y libertades fundamentales de las personas con discapacidad, en condiciones de igualdad, así como el ejercicio pleno y autónomo de sus capacidades. El Estado adoptará las medidas positivas necesarias para propiciar su integración familiar, comunitaria, social, laboral, económica, cultural y política”.
(+) ESTUDIANTES CON DISCAPACIDAD EN EL SISTEMA EDUCATIVO
El Ministerio de Educación, a través de la Dirección de Educación Especial (DEE), de acuerdo a un levantamiento de información realizado en el 2013, registra un total de 31,198 estudiantes con discapacidad, en 4,700 escuelas que reportaron esta situación.
La educación regular, que contempla la inicial con 1,11 2estudiantes; la básica con 20,631; la media con 2,418 y la de adulto, con 527. Mientras que en la educación especial, en centros destinados para esta modalidad, en el nivel inicial hay 110 estudiantes y en básica 5,087.
Las tres discapacidades más comunes en las escuelas regulares en el país son la intelectual, de aprendizaje y la visual. El fin es trabajar para lograr la inclusión en los centros escolares, sostiene la directora de este departamento, Cristina Amiama, quien está consciente del reto que esto representa en la sociedad dominicana.
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